Montesa. 250cc. Modelo Impala Sport.

La Impala fue una motocicleta de turismo fabricada por Montesa en dos etapas: la primera, de 1962 a 1971 y la segunda, con el nombre de Impala 2, de 1982 a 1989. [1] A lo largo de su vida comercial se ' n produjeron varias versiones casi siempre en dos cilindradas (175 y 250 cc, además de una versión de 125 cc de la Impala 2), e incluso algunas de adaptadas para motocross, enduro y trial. Todas compartían, sin embargo, las mismas características generales: motor de dos tiempos monocilíndrico refrigerado por aire, bastidor de larguero simple, frenos de tambor y amortiguadores de horquilla convencional delante y detrás.

Durante su época dorada, la década de 1960, la Impala representó uno de los mayores éxitos comerciales de Montesa, llegando a gozar de una fuerte implantación. Sus puntos fuertes eran una gran fiabilidad técnica y una estética impecable, factor éste que en el año de su lanzamiento le valió el premio Delta de Oro de diseño industrial, otorgado por el ADI-FAD. Además, ofrecía otras ventajas que la hacían especialmente apta para la ciudad, entre los cuales su ligereza y bajo consumo.

Lejos de pasar de moda, la Montesa Impala ha convertido en un objeto de culto y es una de las motocicletas clásicas catalanas más preciadas por los aficionados (hay algunos que están dispuestos a pagar hasta 9.000 euros para conseguir una). Actualmente hay todavía unas 2.500 en circulación, la gran mayoría en los Países Catalanes-principalmente en Barcelona, pero también en Girona, Lleida, Mallorca y Valencia-, y algunas en Galicia y en Madrid. Alrededor de este modelo se ha creado toda una red de talleres especializados, restauradores y asociaciones de usuarios (el Moto Club Impala, por ejemplo, cuenta con casi 200 socios). Una demanda similar ha disparado también los robos, hasta el punto que en el verano de 2009, en Barcelona se robaron 56.
El creador de la Impala fue Leopoldo Milà, quien en 1958 había sido promovido a director del departamento técnico de Montesa después de que Francisco Javier Bultó y la mayoría del staff técnico hubieran abandonado la empresa por desavenencias con Pedro Permanyer. Milán decidió entonces sacar adelante un proyecto que venía incubando hacía tiempo: un diseño innovador de moto de 2 tiempos y 175 cc que debía ser cómoda, robusta y fiable. Fue uno de los proyectos más ambiciosos de Montesa y coincidió en el tiempo con el traslado de la fábrica desde el Poblenou en Esplugues de Llobregat, provocado por el crecimiento de la empresa, que fue terminado hacia 1962.

Una vez ya como diseñador en jefe, Milán dejó de lado el proyecto de motor "mono-block" en el que estaba trabajando entonces y comenzó a definir una nueva moto en base a sus propias ideas y filosofía. El objetivo era construir una de económica y que gastara poca gasolina pero que fuera capaz de superar los 100 Km / h. Para conseguirlo, consideraba básicos tres principios: que no tuviera varilla de embrague, que la transmisión no fuera por cadena primaria antes por piñones, y que el cambio fuera el mismo bloque que el resto del motor, con un mismo cárter.

Para diseñar el motor partió de cero, obteniendo finalmente un de fuerza diferenciado estéticamente de los anteriores de la marca. El cilindro estaba fabricado con aluminio inyectado, el primer fabricado en Cataluña con este sistema. El cambio también se diseñó completamente nuevo, con todas las piezas redondeadas, sin escuadras. La tracción era por agujas, y el eje no tenía punto de ruptura. El tubo de escape (responsable del sonido tan peculiar de la Impala), fue diseñado por un alemán llamado Goergen, fabricante de lanchas de velocidad, quien en aquellos momentos colaboraba con la empresa.

En cuanto a la forma del depósito, salvo también distintivo de la Impala, vino determinada por aspectos económicos, ya que aquella forma abarata el proceso de fabricación.

A finales de 1961, mientras la futura Impala aún estaba en fase de diseño, a Oriol Regàs se le ocurrió organizar una travesía por África como plataforma publicitaria, para demostrar su calidad. La iniciativa se denominó "Operación Impala" y contó con el patrocinio de Montesa y de la marca de lubricantes Wynn 's, siendo los protagonistas cinco aventureros catalanes: el mismo Regàs, tres expertos pilotos de rallies y carreras motociclistas (Juan " Tei "Elizalde, Rafa Marsans y Enrique Vernis [9]) y el escritor Manuel Maristany, quien a pesar de no tener experiencia en el mundo del motor iba como fotógrafo y cronista. A bordo de tres motocicletas de pre-serie de la futura Impala y con un Land Rover como vehículo de apoyo, los cinco recorrieron en 100 días (del 15 de enero al 16 de abril de 1962), 20.000 km entre Ciudad del Cabo y Túnez.

Habiendo superado esta dura prueba, la fiabilidad del nuevo modelo quedaba bien patente. De paso, la operación inspiró Montesa a la hora de bautizar el nuevo modelo, que fue presentado al público con este célebre nombre: "Impala".

Finalmente, la Montesa Impala fue presentada en sociedad a las 18:30 horas del 30 de mayo de 1962, poniéndose finalmente a la venta el mes de junio. Ese mismo mes se publicó el primer reportaje sobre la nueva moto el número 20 de la revista Grand Prix (editada por Felipe Millet y Oriol Regàs).

Desde el momento de su comercialización, el nuevo modelo de Montesa se convirtió en un éxito de ventas y sólo en el primer año ya se vendieron más de 11 .000 unidades. Aquel año, 1962, la Impala obtuvo el premio Delta de Oro al mejor diseño industrial. Los argumentos que la'n hicieron merecedora fueron, según el jurado, "su belleza estética, lo racional uso de los materiales y su conseguida solución utilitaria», virtudes que la convertían en «el vehículo de mejor diseño y concepción».
Éxitos deportivos
La Impala Sport 250 ganadora de las 24 Horas de Montjuïc de 1963
Deportivamente, la Impala consiguió también muchos éxitos. En su palmarés hay muchos rallies de carretera y, en cuanto a las versiones de motocross, fuerza victorias también en esta disciplina. Pero su éxito más destacado fue sin duda la victoria absoluta en dos ediciones de las 24 Horas de Montjuïc: En 1963, los hermanos Enrique y Jordi Sirera lo consiguieron a bordo de una Impala Sport 250cc, superando de paso el récord de la prueba al completar 620 vueltas al circuito, recorriendo un total de 2.353,251 Km con una velocidad media de 98,052 km / h. [14] En 1966, los ganadores fueron Josep Maria Busquets y el italiano Francesco Villa, que superaron la barrera de los 100 Km / h de media y establecieron el récord en 102,047 Km / h.